Apuntes sobre Samuel Barber y sus obras

Resumen

Samuel Barber (1910-1981) fue un renombrado compositor estadounidense conocido por su música lírica y emocionalmente expresiva. Su obra es célebre por su combinación de exuberante romanticismo y sensibilidad moderna, en contraste con algunas de las tendencias más vanguardistas del siglo XX. La habilidad de Barber para crear melodías de gran belleza y profundidad le ha valido un lugar permanente en el canon de la música clásica.

Primeros años y educación

Barber nació en West Chester, Pensilvania, y mostró talento musical a una edad temprana. A los 7 años, ya había compuesto su primera pieza. Ingresó en el Curtis Institute of Music de Filadelfia a los 14 años, donde estudió piano, canto y composición. Esta formación diversa dio forma a su carrera posterior, permitiéndole componer música vocal e instrumental con la misma habilidad.

Obras principales y estilo

La música de Barber a menudo combina el lenguaje armónico tradicional con técnicas del siglo XX, lo que la hace accesible pero sofisticada. Algunas de sus obras más famosas incluyen:

«Adagio para cuerdas» (1936): la composición más icónica de Barber, a menudo asociada con momentos de duelo o reflexión nacional. Su melodía de una belleza inquietante la ha convertido en una de las piezas más interpretadas de la música clásica estadounidense.
«Concierto para violín« (1939): Una obra fundamental del repertorio para violín, que combina belleza lírica con brillantez técnica.
«Knoxville: verano de 1915» (1947): Una exuberante obra vocal para soprano y orquesta, basada en un texto de James Agee, que captura la nostalgia de la infancia.
Ópera «Vanessa» (1958): La ópera de Barber, que ganó el Premio Pulitzer, es conocida por su intensidad dramática y riqueza melódica.
«Sonata para piano» (1949): Una de las grandes contribuciones estadounidenses al repertorio pianístico, que combina el desafío técnico con el poder expresivo.

Aspectos destacados de su carrera

Barber logró el éxito tanto de la crítica como del público durante su vida, una hazaña poco común para un compositor del siglo XX. Fue galardonado con dos premios Pulitzer (por Vanessa y el Concierto para piano), y sus obras fueron interpretadas por las principales orquestas y solistas de todo el mundo.

Vida personal

Barber mantuvo una relación de por vida con el compositor italiano Gian Carlo Menotti, que también fue una gran influencia y colaborador. Juntos, vivieron y trabajaron en una casa llamada Capricornio en Mount Kisco, Nueva York, que se convirtió en un centro de creatividad y reuniones sociales.

Legado

La música de Barber sigue siendo interpretada y admirada por su profundidad emocional y brillantez técnica. Se le considera uno de los mejores compositores estadounidenses, y sus obras siguen siendo básicas en el repertorio de música orquestal, vocal y de cámara.

Historia

Samuel Barber nació el 9 de marzo de 1910 en West Chester, Pensilvania, en el seno de una familia que valoraba la música y la cultura. Su tía, Louise Homer, era contralto en la Ópera Metropolitana, y su marido, Sidney Homer, era compositor de canciones artísticas. La temprana exposición de Barber a la música en este entorno artístico marcó su futuro. A los siete años, Barber ya componía y declaró en una carta a su madre que tenía la intención de convertirse en compositor. Su talento innato fue cultivado, y a los catorce años, se matriculó en el Instituto de Música Curtis de Filadelfia.

En Curtis, Barber estudió composición, canto y piano, sobresaliendo en las tres disciplinas. Esta educación musical integral le dio la capacidad de escribir con un conocimiento íntimo de los instrumentos y voces para los que componía. Durante su estancia allí, Barber entabló estrechas relaciones con otros músicos, entre ellos el joven compositor italiano Gian Carlo Menotti, que se convirtió en su compañero y colaborador de toda la vida.

La carrera de Barber comenzó a tomar forma en la década de 1930. Sus obras se caracterizaban a menudo por sus exuberantes cualidades líricas, en contraste con los experimentos modernistas de muchos de sus contemporáneos. Su «Adagio para cuerdas», compuesto en 1936, le dio fama temprana. Estrenada por el director de orquesta Arturo Toscanini en 1938, la pieza, de carácter inquietante y elegíaco, tocó la fibra sensible del público y se convirtió rápidamente en una obra definitoria de la música clásica estadounidense. Con el tiempo, adquiriría importancia cultural, interpretándose en actos de duelo y conmemoraciones nacionales.

Las composiciones de Barber siguieron atrayendo la atención y la aclamación durante las décadas de 1940 y 1950. En 1947, escribió Knoxville: Summer of 1915, una adaptación del poema en prosa de James Agee que reflexiona sobre la infancia. Esta obra profundamente nostálgica para soprano y orquesta se convirtió en una de las composiciones más queridas de Barber, encarnando su don para la expresión emocional.

Barber también se aventuró en la ópera, ganando un Premio Pulitzer por su primera ópera, Vanessa (1958). Mientras que su romanticismo y sus ricas melodías recibieron elogios, su segunda ópera, Antony and Cleopatra (1966), estrenada en la inauguración de la nueva Metropolitan Opera House, fue menos bien recibida debido a los problemas de producción. Este fracaso afectó profundamente a Barber, lo que le llevó a un período de retiro creativo.

A pesar de estos contratiempos, Barber siguió componiendo música, como su dramático Concierto para piano (1962), que le valió un segundo Premio Pulitzer. Sus obras posteriores, aunque menos numerosas, revelaron un enfoque más introspectivo y moderno, reflejando sus luchas personales y el cambiante panorama musical que le rodeaba.

Barber pasó sus últimos años con Menotti en su casa de Mount Kisco, Nueva York, un refugio creativo donde a menudo recibían a otros artistas y músicos. La salud de Barber se deterioró en la década de 1970 y falleció el 23 de enero de 1981 en la ciudad de Nueva York, dejando un legado como uno de los mejores compositores de Estados Unidos.

Su música sigue siendo celebrada por su resonancia emocional y su belleza atemporal, testimonio de su creencia de que la música debe comunicarse directamente al corazón.

Cronología

He aquí un resumen cronológico de la vida de Samuel Barber y sus principales hitos:

1910: Nace el 9 de marzo en West Chester, Pensilvania.
1917: A los 7 años, Barber compone su primera pieza, Sadness, y escribe una carta a su madre declarando su intención de convertirse en compositor.
1924: Se matricula en el Curtis Institute of Music de Filadelfia a los 14 años, donde estudia piano, canto y composición.
1928: Compone Serenade for String Quartet, Op. 1, su primera obra publicada.
1931: Gana el premio Joseph H. Bearns de la Universidad de Columbia por Overture to the School for Scandal, Op. 5.
1933: Se gradúa en el Curtis Institute y comienza a componer a tiempo completo.
1936: Compone Adagio para cuerdas, que más tarde se convertiría en su obra más emblemática.
1938: Arturo Toscanini dirige Adagio para cuerdas y Ensayo para orquesta n.º 1, lo que catapulta a Barber a la fama internacional.
1940: Escribe su Concierto para violín, op. 14, una obra que sigue siendo una piedra angular del repertorio violinístico.
1942: Compone la Marcha del comando durante su estancia en las Fuerzas Aéreas de EE. UU.
1943: Completa el Concierto Capricornio, inspirado en su hogar en Mount Kisco, Nueva York.
1947: Compone Knoxville: Verano de 1915, Op. 24, basada en el poema en prosa de James Agee.
1953: Escribe Hermit Songs, Op. 29, un ciclo de canciones basado en textos medievales irlandeses.
1958: Estrena su ópera Vanessa, que gana el Premio Pulitzer de Música.
1959: Compone Toccata Festiva, Op. 36, para la inauguración del órgano Aeolian-Skinner en la Academia de Música de Filadelfia.
1962: Gana un segundo Premio Pulitzer por su Concierto para piano, Op. 38, encargado para la inauguración del Lincoln Center.
1966: Su segunda ópera, Antonio y Cleopatra, se estrena en la inauguración del Metropolitan Opera House, pero tiene una mala acogida. El fracaso conduce a un período de declive personal y profesional.
1971: Compone Los amantes, una cantata basada en poemas de Pablo Neruda, y Fadograph of a Yestern Scene, una de sus últimas obras orquestales.
Década de 1970: Enfrenta un deterioro de su salud y una reducción de su producción creativa, aunque sus obras continúan siendo interpretadas y celebradas.
1981: Muere el 23 de enero en la ciudad de Nueva York a la edad de 70 años.

Legado

Las obras de Barber siguen interpretándose ampliamente, y Adagio para cuerdas en particular se ha convertido en un símbolo perdurable de la resonancia emocional en la música clásica estadounidense. Sus composiciones tienden un puente entre el lirismo romántico y el modernismo del siglo XX, lo que lo convierte en uno de los compositores estadounidenses más importantes de su tiempo.

Características de la música

La música de Samuel Barber es célebre por su profundidad emocional, su belleza lírica y su sofisticada maestría. Aunque su estilo evolucionó a lo largo de su carrera, ciertas características se mantuvieron constantes, haciendo que sus obras fueran distintivas y perdurables. Estas son las características clave de la música de Barber:

1. Lirismo y belleza melódica

Barber era un maestro de la melodía, a menudo creaba líneas largas y fluidas que resonaban profundamente en los oyentes. Esta cualidad lírica es particularmente evidente en obras como Adagio para cuerdas y Knoxville: verano de 1915. Sus melodías a menudo evocan una sensibilidad romántica, incluso cuando están enmarcadas dentro de estructuras armónicas del siglo XX.

2. Expresión emocional

La música de Barber es conocida por su impacto emocional directo, explorando a menudo temas de nostalgia, anhelo e introspección. Piezas como Adagio para cuerdas transmiten un profundo dolor, mientras que Knoxville: Summer of 1915 captura una sensación agridulce de la infancia.

3. Mezcla de romanticismo y modernismo

Aunque Barber se vio influido por los compositores románticos del siglo XIX, sus obras también incorporan elementos de la música del siglo XX, como la tonalidad extendida, el cromatismo y la disonancia ocasional. Sin embargo, evitó las técnicas experimentales de muchos de sus contemporáneos, favoreciendo la accesibilidad y la claridad emocional.

4. Escritura vocal y sensibilidad al texto

Como cantante de formación, Barber tenía una comprensión excepcional de la voz humana. Sus obras vocales, como Hermit Songs y Knoxville: Summer of 1915, se caracterizan por su declamación natural y su sensibilidad a los matices del texto, lo que permite que las palabras den forma a la música de forma orgánica.

5. Orquestación magistral

Las obras orquestales de Barber demuestran su habilidad para crear paisajes sonoros ricos y texturizados. Tenía un don para equilibrar los colores orquestales, ya fuera en las elevadas cuerdas de Adagio for Strings, en los dramáticos contrastes de su Concierto para violín o en la grandeza de su Concierto para piano.

6. Claridad estructural

La música de Barber se caracteriza a menudo por un fuerte sentido de la forma y la estructura, influenciado por su formación clásica. Sus obras presentan un claro desarrollo temático, una progresión lógica y proporciones equilibradas, lo que contribuye a su atractivo perdurable.

7. Introspección y nostalgia

Un tema recurrente en la música de Barber es la nostalgia por una época más simple e inocente. Esta cualidad está vívidamente presente en Knoxville: Summer of 1915, donde Barber reflexiona sobre recuerdos de la infancia, y en muchas de sus obras más pequeñas, que a menudo tienen un tono introspectivo.

8. Elementos dramáticos y teatrales

En sus obras operísticas y a gran escala, Barber mostró un talento para el drama y la teatralidad. Su ópera Vanessa es un excelente ejemplo, que combina la pasión romántica con la profundidad psicológica. Incluso en sus obras instrumentales, la música de Barber a menudo tiene un sentido narrativo o de trayectoria emocional.

9. Identidad estadounidense

Aunque la música de Barber no incorpora abiertamente elementos folclóricos o americanos, tiene un inconfundible sentido de la identidad estadounidense. Sus obras reflejan una sensibilidad claramente estadounidense, con su apertura, optimismo y capacidad de resonar ampliamente entre el público.

La música de Barber se describe a menudo como atemporal, ya que tiende un puente entre la tradición romántica y la era moderna. Su capacidad para conectar profundamente con los oyentes, tanto a través del dominio técnico como de la inmediatez emocional, sigue siendo un sello distintivo de su arte.

Relaciones

La vida y la carrera de Samuel Barber se forjaron gracias a una red de relaciones significativas con otros compositores, intérpretes, directores de orquesta, instituciones e incluso personas ajenas a la música. Estas son algunas de las relaciones directas más notables:

Compositores

Gian Carlo Menotti

Compañero y colaborador de Barber durante toda su vida. Menotti, compositor italiano, ejerció una influencia tanto personal como profesional sobre Barber. Vivieron y trabajaron juntos en Capricorn, su hogar compartido en Mount Kisco, Nueva York. Menotti a menudo proporcionaba libretos para las obras vocales y operísticas de Barber, incluida la ópera Vanessa.

Sidney Homer

Tío político de Barber y compositor de canciones artísticas. Homer fue el mentor de Barber durante sus primeros años, fomentando su interés por la música y proporcionándole una valiosa orientación en la composición.

Aaron Copland

Aunque Barber y Copland no fueron colaboradores cercanos, fueron contemporáneos que representaron diferentes corrientes de la música estadounidense. El enfoque de Copland en el modernismo de inspiración folclórica contrastaba con el enfoque más lírico y romántico de Barber, pero ambos fueron figuras importantes en la música clásica estadounidense del siglo XX.

Intérpretes

Eleanor Steber

La soprano que estrenó Knoxville: Summer of 1915 en 1948. La rica voz de Steber y su expresiva interpretación contribuyeron a que la obra recibiera una gran acogida.

Leontyne Price

Una célebre soprano y estrecha colaboradora de Barber. Fue la dedicataria y primera intérprete de Hermit Songs de Barber y desempeñó un papel importante en mantener las obras vocales de Barber en el repertorio.

John Browning

El pianista que estrenó el Concierto para piano de Barber en 1962. La virtuosa interpretación de Browning fue fundamental para el éxito de la obra, que le valió a Barber su segundo Premio Pulitzer.

Isaac Stern

El violinista que fue un defensor del Concierto para violín de Barber. Stern ayudó a popularizar esta obra, que sigue siendo un elemento básico del repertorio violinístico.

Directores de orquesta y orquestas

Arturo Toscanini

Uno de los más importantes defensores de Barber. Toscanini dirigió los estrenos de Adagio para cuerdas y Ensayo para orquesta n.º 1 en 1938, consolidando la reputación de Barber como compositor importante.

La Orquesta de Filadelfia

Barber tenía una estrecha relación con esta orquesta, que estrenó varias de sus obras, incluida Toccata Festiva en 1959. Eugene Ormandy, el director de la orquesta, fue un importante defensor de la música de Barber.

Metropolitan Opera

Encargó la ópera Antony and Cleopatra de Barber para la inauguración de su nueva sede en el Lincoln Center en 1966. A pesar del problemático estreno de la ópera, este fue un momento histórico en la carrera de Barber.

Instituciones

Curtis Institute of Music

El alma mater de Barber, donde estudió piano, canto y composición. Curtis desempeñó un papel fundamental en su desarrollo musical, y Barber mantuvo vínculos de por vida con la institución.

Comité del Premio Pulitzer

Barber fue galardonado con dos Premios Pulitzer: por la ópera Vanessa en 1958 y por el Concierto para piano en 1962, en reconocimiento a sus contribuciones a la música estadounidense.

No músicos

James Agee

El escritor estadounidense cuyo poema en prosa Knoxville: Summer of 1915 inspiró una de las obras más queridas de Barber. Barber puso música al nostálgico texto de Agee con una sensibilidad excepcional.

Pablo Neruda

El poeta chileno cuyas obras Barber puso música en The Lovers (1971), una cantata para barítono, coro y orquesta.

Mary Curtis Bok

Fundadora del Curtis Institute of Music y mecenas de las artes, brindó apoyo a Barber durante sus años de formación.

Conexiones colaborativas y sociales

Capricornio (hogar de Barber y Menotti)

Capricornio fue un centro creativo para artistas, músicos e intelectuales. La pareja organizó reuniones que fomentaron los intercambios artísticos entre sus contemporáneos.

Eugene Ormandy y Serge Koussevitzky

Como destacados directores de orquesta, defendieron la música de Barber. Koussevitzky, en particular, fue un importante defensor de los compositores estadounidenses.

Resumen

Las relaciones de Barber abarcaron una amplia red de figuras influyentes en el mundo de la música clásica y más allá. Sus colaboraciones con intérpretes como Leontyne Price y John Browning, el apoyo de directores como Toscanini y los lazos personales con Menotti y Homer desempeñaron un papel esencial en la configuración de su carrera. Más allá del ámbito musical, su conexión con figuras literarias como James Agee y Pablo Neruda enriqueció aún más su voz artística.

Obras notables para piano solo

Samuel Barber compuso varias obras notables para piano solo, mostrando su estilo lírico, brillantez técnica y capacidad para combinar la expresividad romántica con técnicas modernistas. Estas son sus contribuciones más significativas al repertorio pianístico:

1. Sonata para piano, op. 26 (1949)
Estreno: Vladimir Horowitz, 1950.
Antecedentes: Encargada para el 25.º aniversario de la Liga de Compositores, esta es la obra para piano más célebre de Barber. Es técnicamente exigente y muestra la habilidad de Barber para equilibrar la claridad estructural con la profundidad emocional.
Estructura: Cuatro movimientos:
Allegro energico
Allegro vivace e leggero
Adagio mesto

Fuga: Allegro con spirito
Características: La sonata destaca por su brillante y fogosa fuga en el movimiento final, una proeza de contrapunto.

2. Excursions, Op. 20 (1944)

Estreno: Jeanne Behrend, 1945.
Antecedentes: Excursions de Barber es un conjunto de cuatro piezas programáticas inspiradas en los idiomas musicales estadounidenses, como el jazz, el blues, el boogie-woogie y la música folk.
Estructura: Cuatro movimientos:
Un poco allegro (estilo boogie-woogie)
En tempo de blues lento
Allegretto (inspirado en el folk)
Allegro molto (un baile animado)

Características: Cada pieza explora un estilo musical estadounidense distinto, mezclando estas influencias con las sofisticadas técnicas compositivas de Barber.

3. Nocturne (Homenaje a John Field), Op. 33 (1959)

Antecedentes: Escrita como homenaje a John Field, el compositor irlandés al que se atribuye la invención de la forma nocturna. Esta obra rinde homenaje al estilo lírico e íntimo de las obras para piano de Field.
Características: Una pieza de un solo movimiento con líneas fluidas y melódicas y texturas delicadas, que evocan una atmósfera onírica.

4. Ballade, Op. 46 (1977)

Antecedentes: Una de las últimas obras de Barber, escrita para el Concurso Internacional de Piano Van Cliburn. Refleja su estilo tardío, que es más introspectivo y armónicamente aventurero.
Características: Una pieza dramática y compacta de un solo movimiento con cambios de humor y un lenguaje armónico sofisticado.

5. Interludio I y II (1943)

Antecedentes: Dos piezas cortas que muestran el estilo lírico e introspectivo de Barber. Son menos conocidas, pero demuestran su íntima comprensión del piano.

Otras piezas para piano

Tres bocetos (1923-24): Primeras obras para piano compuestas durante la adolescencia de Barber, que demuestran su talento en ciernes.
Recuerdos, op. 28 (1952) [originalmente para dúo de piano]: Aunque compuestas como dúo de piano, Barber también arregló estas seis piezas para piano solo. Inspiradas en danzas y música de salón, tienen un encanto juguetón y nostálgico.

Legado interpretativo

Las obras para piano de Barber, en particular la Sonata para piano y Excursions, son muy apreciadas en el repertorio clásico. A menudo se interpretan en recitales y concursos, y ofrecen tanto desafíos técnicos como oportunidades para una interpretación expresiva. Su música para piano refleja su estilo compositivo más amplio: lírico, emocionalmente directo y firmemente arraigado en la tradición, al tiempo que abraza la innovación moderna.

Obras destacadas

La obra de Samuel Barber abarca una amplia gama de géneros, mostrando su estilo lírico, profundidad emocional y maestría. Estas son sus obras más notables, excluyendo las piezas para piano solo:

Obras orquestales

Adagio para cuerdas (1936)

Originalmente el movimiento lento de su Cuarteto de cuerda, Op. 11, este arreglo orquestal es la obra más famosa de Barber. Su carácter elegíaco y profundamente emotivo lo ha convertido en un símbolo cultural de duelo y reflexión.

Ensayo para orquesta n.º 1, op. 12 (1937)

Una pieza orquestal de un solo movimiento que combina el desarrollo temático con una rica orquestación. Toscanini la estrenó junto con el Adagio para cuerdas.

Ensayo para orquesta n.º 2, op. 17 (1942)

Similar en forma al primer ensayo, esta obra es más dramática y expansiva, escrita durante la Segunda Guerra Mundial.

Concierto para violín, op. 14 (1939)

Un concierto lírico y virtuoso con un primer movimiento sereno, un segundo movimiento profundamente emotivo y un final ardiente y de movimiento perpetuo.

Concierto para piano, op. 38 (1962)

Estrenada por John Browning, esta obra dramática y técnicamente exigente le valió a Barber su segundo Premio Pulitzer. Combina el lirismo con la vitalidad rítmica.

Concierto Capricornio, Op. 21 (1944)

Un concierto de cámara para flauta, oboe, trompeta y cuerdas. Llamado así por la casa de Barber, Capricornio, combina la claridad neoclásica con el lirismo americano.

Medea’s Dance of Vengeance, op. 23a (1955)

Una suite orquestal derivada del ballet Medea de Barber. Destaca por su intensidad dramática y sus marcados contrastes.

Obras vocales

Knoxville: Summer of 1915, op. 24 (1947)

Una obra exuberantemente orquestada para soprano y orquesta, que pone en música el nostálgico poema en prosa de James Agee sobre la infancia en la América de principios del siglo XX.

Hermit Songs, Op. 29 (1953)

Un ciclo de canciones para voz y piano, basado en textos medievales irlandeses anónimos. Las diez canciones van desde el humor y la reverencia hasta la introspección.

Dover Beach, op. 3 (1931)

Una adaptación del poema de Matthew Arnold para barítono y cuarteto de cuerda, que refleja el talento temprano de Barber para la escritura vocal y el matiz emocional.

The Lovers, op. 43 (1971)

Una cantata para barítono, coro y orquesta, que adapta poemas de amor de Pablo Neruda. Refleja el estilo tardío de Barber, más introspectivo y moderno.

Prayers of Kierkegaard, Op. 30 (1954)

Una obra a gran escala para coro, orquesta y soprano solista, inspirada en los escritos espirituales de Søren Kierkegaard.

Obras de cámara

Cuarteto de cuerda, Op. 11 (1936)

El segundo movimiento de este cuarteto se convirtió en el famoso Adagio para cuerdas. Todo el cuarteto es un testimonio del don lírico de Barber.

Música de verano, op. 31 (1956)

Un quinteto de viento de madera que evoca una atmósfera cálida y pastoral. Esta es una de las obras de cámara más populares de Barber.

Sonata para violonchelo, op. 6 (1932)

Una sonata para violonchelo y piano profundamente expresiva y técnicamente exigente, escrita al principio de la carrera de Barber.

Óperas

Vanessa (1958)

La primera ópera de Barber, con libreto de Gian Carlo Menotti. Ganó el Premio Pulitzer de Música. Ambientada en un tiempo y lugar ambiguos, cuenta una dramática historia de amor y pérdida.

Antony and Cleopatra (1966)

Compuesta para la inauguración de la nueva Metropolitan Opera House. El estreno se enfrentó a importantes desafíos de producción, pero la música en sí es dramática y ambiciosa.

Ballet

Medea (1946)

Encargado por Martha Graham como un ballet titulado Cave of the Heart. La suite orquestal Medea’s Dance of Vengeance se deriva de esta obra.

Obras corales

Agnus Dei (1967)

Un arreglo coral del Adagio para cuerdas, que añade una dimensión vocal evocadora a la famosa obra.

Reencarnaciones, op. 16 (1940)

Un conjunto de tres piezas corales a capela basadas en la poesía irlandesa. Estas obras son apreciadas por sus exuberantes armonías y su expresiva adaptación del texto.

Resumen

La obra de Barber refleja su versatilidad y capacidad para escribir música cautivadora en varios géneros. Piezas como Adagio para cuerdas, Knoxville: verano de 1915, Concierto para violín y Vanessa siguen siendo fundamentales en el repertorio clásico, célebres por su belleza, profundidad emocional y atractivo atemporal.

(Este artículo ha sido generado por ChatGPT. Es sólo un documento de referencia para descubrir música que aún no conoce.)

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