Resumen
Darius Milhaud (1892-1974) fue un prolífico compositor francés, miembro del famoso grupo Les Six, conocido por su estilo ecléctico y su innovador uso de la politonalidad. Originario de Provenza e impregnado de diversas influencias, incorporó en su música elementos del jazz, la música brasileña y la folclórica provenzal.
Características musicales
Politonalidad: Milhaud superpone varias tonalidades simultáneamente, lo que le da un color armónico atrevido.
Influencias del jazz y la música latina: Después de una estancia en Brasil como agregado cultural (1917-1918), se inspira en los ritmos brasileños, especialmente en «Le Bœuf sur le toit». También descubre el jazz en Estados Unidos y lo integra en sus composiciones.
Ecléctico: Su obra abarca todos los géneros: música sinfónica, música de cámara, ópera, música coral y música escénica.
Obras famosas
«El buey en la azotea» (1919): Fantasía para orquesta, influenciada por la música brasileña.
«La Création du monde» (1923): ballet inspirado en el jazz, con una instrumentación que recuerda a las big bands.
«Suite provençale» (1936): obra orquestal con los colores folclóricos del sur de Francia.
«Saudades do Brasil» (1920-1921): suite de danzas inspirada en su estancia en Brasil.
«Scaramouche» (1937): pieza virtuosa y alegre para saxofón (o clarinete) y piano.
«Les Choéphores» (1915-1916): drama musical basado en Esquilo, que ilustra su gusto por la Antigüedad.
Influencia y legado
Milhaud enseñó a generaciones de compositores en Estados Unidos (en particular a Dave Brubeck) y contribuyó a dar a conocer la politonalidad y el jazz en la música clásica. Su prolífica obra, que cuenta con más de 400 composiciones, lo convierte en uno de los compositores más prolíficos del siglo XX.
Historia
Darius Milhaud nació en 1892 en Aix-en-Provence, en el seno de una familia judía profundamente arraigada en su región. Desde muy joven, se sumergió en la música y la cultura provenzales, que marcarían su estilo a lo largo de su vida. Violinista de formación, ingresó rápidamente en el Conservatorio de París, donde estudió con maestros como Paul Dukas y André Gedalge. Allí conoció a Arthur Honegger y Francis Poulenc, con quienes más tarde formaría el grupo Les Six, un colectivo de jóvenes compositores que querían romper con el romanticismo y el impresionismo.
Pero la verdadera revelación musical de Milhaud se produce cuando se va a Brasil en 1917 como secretario del poeta Paul Claudel, entonces embajador de Francia. Este viaje marcó profundamente su imaginación musical: descubrió los ritmos brasileños, la exuberante percusión y la vitalidad de la música popular local. De allí trajo una obra emblemática, «Le Bœuf sur le toit», una fantasía en la que se mezclan melodías brasileñas y espíritu parisino.
De vuelta en Francia, se convirtió en una de las figuras centrales del París de los locos años veinte. Frecuentó a Cocteau, Picasso y Stravinsky, y se entusiasmó con el jazz, que descubrió en 1920 durante un viaje a Estados Unidos. Fascinado por esta música, compuso el ballet La Création du monde en 1923, una obra vanguardista en la que los ritmos sincopados del jazz se funden con una orquestación clásica.
A pesar del éxito, el auge del nazismo sumió su vida en el caos. Debido a su origen judío, se vio obligado a huir de Francia en 1940. Se exilió en Estados Unidos, donde enseñó en la Universidad de Mills College en California. Entre sus alumnos se encontraba un tal Dave Brubeck, que se convertiría en una leyenda del jazz y siempre daría testimonio del influjo de Milhaud en su trabajo.
Después de la guerra, regresó a Francia, pero la enfermedad lo obligó a llevar una vida más sedentaria: afectado de poliartritis reumatoide, tuvo que desplazarse en silla de ruedas. Esto no le impidió seguir componiendo incansablemente. Su catálogo supera las 400 obras, explorando todos los géneros, desde el ballet hasta la música de cámara, pasando por la ópera y la música sacra.
Hasta el final de su vida, Milhaud siguió siendo un hombre curioso, siempre en busca de nuevos sonidos y profundamente apegado a sus raíces provenzales. Murió en 1974, dejando tras de sí una obra prolífica, marcada por el amor al ritmo, al color y a la diversidad musical.
Cronología
1892 – Nacimiento en Aix-en-Provence
Darius Milhaud nace el 4 de septiembre de 1892 en el seno de una familia judía provenzal asentada en la región desde hacía siglos.
1902-1909 – Primeros pasos en la música
Comienza a tocar el violín desde su infancia, pero pronto se apasiona por la composición.
1909-1914: Estudios en el Conservatorio de París
Ingresa en el Conservatorio de París, donde estudia con Paul Dukas, Charles-Marie Widor y Vincent d’Indy. Allí conoce a Arthur Honegger y Germaine Tailleferre, futuros miembros de Les Six.
1917-1918: Estancia en Brasil
Es enviado a Río de Janeiro como agregado de Paul Claudel, entonces embajador de Francia. Descubre la música brasileña, que influirá profundamente en sus obras posteriores, en particular en «Le Bœuf sur le toit».
1919 – Regreso a Francia y comienzo de la fama
A su regreso, compone «Le Bœuf sur le toit», una exuberante obra inspirada en Brasil que se convierte en un símbolo de los locos años veinte en París.
1920 – Creación del grupo Les Six
Junto con Francis Poulenc, Arthur Honegger, Georges Auric, Germaine Tailleferre y Louis Durey, forma Les Six, un grupo de compositores que promueven una música nueva, ligera y antirromántica.
1923 – Influencia del jazz y La Création du monde
Después de un viaje a Estados Unidos, descubre el jazz, que le inspira para La Création du monde, un ballet de estilo innovador.
1930-1939: éxito internacional y reconocimiento
Compone óperas, sinfonías y música de cámara mientras viaja por Europa y Estados Unidos. Enseña en el Conservatorio de París y obtiene reconocimiento internacional.
1940 – Exilio en Estados Unidos
Debido a la ocupación nazi y a sus orígenes judíos, Milhaud huye de Francia y se instala en California, donde enseña en el Mills College. Entre sus alumnos se encuentra Dave Brubeck, que se verá influido por su música.
1947 – Regreso a Francia
Después de la guerra, regresa a Francia, mientras continúa enseñando y componiendo en los Estados Unidos.
1950-1960 – Últimas grandes obras
A pesar de su frágil salud y de sus graves dolores reumáticos, siguió componiendo de forma prolífica, llegando a más de 400 obras en total.
1974 – Muerte en Ginebra
Darius Milhaud murió el 22 de junio de 1974 en Ginebra, dejando tras de sí una inmensa obra y un importante legado musical.
Características de la música
La música de Darius Milhaud se caracteriza por un estilo ecléctico, audaz y colorido, en el que se mezclan múltiples influencias, desde la folclórica provenzal hasta el jazz, pasando por la música brasileña y la antigua. Estas son las principales características de su lenguaje musical:
1. Politonalidad y armonía innovadora
Una de las señas de identidad de Milhaud es el uso de la politonalidad, es decir, la superposición de varias tonalidades simultáneamente. Esta técnica confiere a su música una riqueza armónica única, a veces percibida como disonante, pero siempre fluida y expresiva. Encontramos ejemplos destacados en Saudades do Brasil o La Création du monde.
2. Influencia del jazz
Milhaud es uno de los primeros compositores clásicos en integrar el jazz en su música, después de descubrir esta estética durante un viaje a Estados Unidos en 1920. Adopta síncopas, ritmos pegadizos, timbres típicos de las big bands y una gran libertad en la fraseo melódico. El ballet La Création du monde (1923) es un ejemplo perfecto, con una orquestación que imita a los conjuntos de jazz de la época.
3. Ritmos brasileños y música popular
Su estancia en Brasil (1917-1918) influyó profundamente en su música. Se inspira en los bailes populares y en la percusión brasileña, como en «Le Bœuf sur le toit» (1919), una fantasía exuberante basada en melodías brasileñas, o en «Saudades do Brasil», una serie de piezas inspiradas en los ritmos de la samba y el maxixe.
4. Claridad y simplicidad melódica
Aunque su escritura es a veces armónicamente compleja, Milhaud siempre busca la claridad melódica. Sus temas son a menudo sencillos, cantarines, incluso ingenuos, influenciados por el folclore provenzal, su región natal. Esta simplicidad melódica se encuentra en Suite provençale (1936).
5. Exuberancia y espíritu lúdico
A diferencia del impresionismo de Debussy o de la seriedad del romanticismo, Milhaud adopta a menudo un tono ligero y humorístico. Muchas de sus obras, como «Scaramouche» (1937) o «Divertissement» (1929), juegan con un espíritu travieso y despreocupado.
6. Gusto por la Antigüedad y el legado judío
Procedente de una familia judía provenzal, Milhaud compone varias obras inspiradas en la tradición hebrea, como Service sacré (1947) para coro y orquesta. También le fascina la Antigüedad griega y latina, como demuestran sus óperas inspiradas en Esquilo, en particular Les Choéphores (1916).
7. Una producción abundante y variada
Milhaud compone más de 400 obras que abarcan todos los géneros: música sinfónica, música de cámara, ópera, ballet, música coral… Su estilo sigue siendo coherente a pesar de esta diversidad, siempre impulsado por una energía rítmica y un gusto por la innovación.
En resumen, Milhaud es un compositor moderno y accesible a la vez, un explorador sonoro que mezcla culturas y estilos con total libertad. Su obra, prolífica e inclasificable, refleja una alegría de vivir contagiosa y un profundo apego a sus raíces.
Relaciones
Darius Milhaud, figura central de la música del siglo XX, mantuvo numerosas relaciones con compositores, intérpretes, escritores, artistas e instituciones culturales. Sus intercambios reflejan su eclecticismo y su apertura a las corrientes artísticas de su tiempo.
1. Relaciones con otros compositores
Les Six (grupo de compositores franceses)
Milhaud formaba parte del Grupo de los Seis, junto con Francis Poulenc, Arthur Honegger, Georges Auric, Germaine Tailleferre y Louis Durey. Esta agrupación, influenciada por Jean Cocteau y Erik Satie, abogaba por una música ligera, espontánea y alejada del romanticismo y el impresionismo. Sin embargo, Milhaud estaba más abierto a las influencias externas (jazz, músicas del mundo) que algunos de sus colegas.
Igor Stravinsky
Milhaud admiraba profundamente a Stravinsky y se vio influido por La historia del soldado (1918), que prefiguraba el uso del jazz en la música clásica. Stravinsky, a su vez, respetaba a Milhaud, aunque a veces criticaba su enfoque politonal.
Paul Hindemith
Milhaud compartía con Hindemith una afinidad por la escritura contrapuntística y cierto gusto por la música neoclásica. Ambos fueron figuras importantes de la música moderna europea.
Olivier Messiaen
Aunque sus estilos son muy diferentes, Milhaud y Messiaen mantuvieron una relación cordial. Messiaen apreciaba la apertura de Milhaud a las músicas no europeas.
2. Relaciones con intérpretes y orquestas
Los directores de orquesta Serge Koussevitzky y Leopold Stokowski
Koussevitzky y Stokowski, dos influyentes directores de orquesta del siglo XX, programaron a menudo obras de Milhaud en Estados Unidos. Koussevitzky dirigió varios estrenos de sus obras, contribuyendo a su fama internacional.
Jascha Heifetz (violinista)
El famoso violinista Jascha Heifetz encargó e interpretó algunas obras de Milhaud.
Marcel Mule (saxofonista)
Milhaud dedicó su «Scaramouche» y su «Concertino da camera» a Marcel Mule, pionero del saxofón clásico.
Marguerite Long (pianista)
Fue una de las primeras intérpretes del Concierto para piano n.º 1 de Milhaud y apoyó su música en el repertorio pianístico francés.
3. Relaciones con escritores y artistas
Paul Claudel (escritor y diplomático)
El encuentro con Paul Claudel en 1913 fue decisivo. Milhaud se convirtió en su secretario cuando fue embajador en Brasil (1917-1918). Colaboraron en varias obras, en particular la ópera Cristóbal Colón y la música escénica para Proteo.
Jean Cocteau (poeta y artista)
Cercano al Grupo de los Seis, Cocteau influyó en Milhaud con su estética y su gusto por el arte multidisciplinar. Desempeñó un papel clave en la creación de «Le Bœuf sur le toit», concebida originalmente como música de cine burlesco.
Fernand Léger (pintor cubista)
Milhaud colabora con Fernand Léger en el ballet La Création du monde (1923). Léger realiza la escenografía y el vestuario, aportando un toque cubista a esta obra influenciada por el jazz.
4. Relaciones con personalidades políticas e intelectuales
Paul Valéry (escritor y poeta)
Valéry y Milhaud se admiran mutuamente. El compositor pone música a algunos de sus textos.
André Malraux (ministro y escritor)
Malraux apoya a Milhaud cuando regresa a Francia después de la Segunda Guerra Mundial y favorece el reconocimiento de su obra.
5. Relaciones con instituciones y alumnos
Mills College (California, EE. UU.)
Cuando huyó de Francia en 1940 debido a la ocupación nazi, Milhaud encontró refugio en el Mills College, donde enseñó composición. Influyó en una generación de compositores estadounidenses.
Dave Brubeck (pianista de jazz, alumno de Milhaud)
Uno de sus alumnos más famosos es el músico de jazz Dave Brubeck, quien diría más tarde que Milhaud lo animó a incorporar elementos clásicos en el jazz y a explorar la politonalidad.
Pierre Boulez (compositor, alumno de Milhaud)
Milhaud también enseñó a Pierre Boulez, pero este último se opondría más tarde a su estilo, que consideraría demasiado conservador frente a las vanguardias de Darmstadt.
Conclusión
Darius Milhaud tejió una amplia red de relaciones en el mundo musical y artístico del siglo XX. Su apertura a diversas influencias y su espíritu colaborativo le llevaron a codearse con compositores, intérpretes, escritores e intelectuales de renombre. Su capacidad para integrar diferentes culturas musicales lo convierte en una figura única y cosmopolita del siglo pasado.
Compositores similares
Dado que Darius Milhaud fue un compositor ecléctico, comparte afinidades con varios músicos de estilos variados. Estos son algunos compositores cuya música presenta similitudes con la de Milhaud, ya sea por el uso de la politonalidad, el interés por el jazz, la atracción por las músicas del mundo o el carácter lúdico y exuberante de su escritura.
1. Francis Poulenc (1899-1963) – El espíritu de los Seis y melodías cantables
Francis Poulenc, miembro del Grupo de los Seis, comparte con Milhaud el gusto por la claridad melódica, cierta ligereza y un toque de humor en su música. Al igual que Milhaud, compone tanto para conciertos como para escenarios y explora diversos géneros. Sin embargo, Poulenc es a menudo más lírico y tierno, mientras que Milhaud es más audaz en la armonía.
🔹 Obras para escuchar:
Concert champêtre (1928) – para clavecín y orquesta
Les Biches (1923) – un ballet alegre y despreocupado
Concierto para dos pianos (1932) – influenciado por el jazz, como algunas obras de Milhaud
2. Igor Stravinsky (1882-1971) – Ritmo, modernidad y jazz
Stravinsky y Milhaud comparten un enfoque rítmico muy marcado y una curiosidad por la música popular. La Historia del soldado (1918) de Stravinsky anticipa el uso del jazz en la música culta, un enfoque que Milhaud llevará aún más lejos en La Création du monde. Ambos experimentan con orquestaciones vivas y percusivas, y a veces adoptan un tono irónico.
🔹 Obras para escuchar:
La historia del soldado (1918): fusión entre música popular y clásica.
Ragtime (1918): Stravinsky explora el jazz como lo hace Milhaud.
Pulcinella (1920): una reinterpretación neoclásica de la música barroca.
3. Manuel de Falla (1876-1946): colores mediterráneos y ritmos hispanos.
Al igual que Milhaud con la Provenza, Manuel de Falla está profundamente ligado a la música de su región natal, España. En ambos encontramos el mismo deseo de integrar elementos populares en una escritura erudita, y una paleta orquestal deslumbrante.
🔹 Obras para escuchar:
El sombrero de tres picos (1919) – ballet de colores brillantes y ritmos bailables
Concierto para clave (1926) – original e inspirado en la música antigua
Noches en los jardines de España (1915) – colores impresionistas e influencias populares
4. Paul Hindemith (1895-1963) – Contrapunto riguroso y energía rítmica
Milhaud y Hindemith comparten un enfoque politonal y un gusto por el contrapunto enérgico. Su música puede parecer a veces mecánica o deliberadamente angular, pero siempre está llena de vitalidad.
🔹 Obras para escuchar:
Mathis der Maler (1934) – gran fresco orquestal
Suite «1922» – inspirada en bailes populares, una analogía con Milhaud y el jazz
Kammermusik – serie de obras de música de cámara con originales combinaciones instrumentales
5. Heitor Villa-Lobos (1887-1959) – Fusión de culturas y exuberancia orquestal
Al igual que Milhaud integra elementos de la folclórica provenzal y del jazz, Villa-Lobos fusiona la música clásica y los ritmos brasileños. Su enfoque de la orquesta es a menudo colorido y exuberante.
🔹 Obras para escuchar:
Bachianas Brasileiras (1930-1945) – mezcla de Bach y música brasileña
Choros n.º 10 – exploración de los ritmos populares brasileños
Rudepoema – una escritura pianística cercana al ímpetu rítmico de Milhaud
6. Kurt Weill (1900-1950) – Teatro musical y jazz
Weill y Milhaud integraron elementos de cabaret, jazz y música popular en sus obras. Weill, conocido por sus colaboraciones con Bertolt Brecht (La ópera de cuatro cuartos), comparte con Milhaud un enfoque a menudo irónico y enérgico de la música.
🔹 Obras para escuchar:
La ópera de los cuatro cuartos (1928) – teatro musical influenciado por el jazz
Mahagonny Songspiel (1927) – una brillante y rítmica orquestación
Sinfonía n.º 2 (1933) – en la encrucijada del jazz y la música orquestal europea
7. Bohuslav Martinů (1890-1959) – politonalidad e influencias populares
Este compositor checo comparte con Milhaud un enfoque politonal, una escritura rítmica enérgica y una curiosidad por la música popular.
🔹 Obras para escuchar:
Concierto para clavecín: una dinámica cercana a las obras de Milhaud
Sinfonietta La Jolla (1950): obra encargada en Estados Unidos, con una ligereza cercana al estilo de Milhaud
Divertimento: cercano al estilo ligero y espiritual del Grupo de los Seis.
Conclusión
Darius Milhaud se sitúa en la encrucijada de varias mundos musicales: neoclásico, politonal, influenciado por el jazz y la música popular, pero también profundamente mediterráneo en su inspiración. Los compositores citados comparten con él estos rasgos distintivos, pero cada uno a su manera. Sin embargo, Milhaud sigue siendo único por la variedad de sus influencias y la diversidad de su producción, que va desde la música de cámara hasta las grandes frescas orquestales.
Obras famosas para piano solo
Darius Milhaud compuso numerosas obras para piano solo, que reflejan su estilo ecléctico y colorido. Estas son algunas de sus piezas más conocidas para este instrumento:
1. Saudades do Brasil (1920)
Suite de 12 danzas inspiradas en ritmos brasileños, escritas después de su estancia en Brasil. Cada pieza lleva el nombre de un barrio de Río de Janeiro e incorpora elementos de politonalidad y síncopas de jazz.
2. Le Bœuf sur le toit (1919) – Transcripción para piano
Originalmente una fantasía para orquesta inspirada en melodías brasileñas, Milhaud realizó una versión para piano solo, conservando su carácter exuberante y rítmico.
3. Printemps (1915)
Una obra de juventud en la que ya se percibe una escritura fresca y libre, con armonías atrevidas y gran vivacidad.
4. Trois Rag-Caprices (1922)
Piezas influenciadas por el jazz y el ragtime, que demuestran el interés de Milhaud por los ritmos sincopados y la experimentación armónica.
5. Scaramouche (1937) – Transcripción para piano solo
Escrito originalmente para dos pianos, este conjunto de tres piezas ligeras y festivas fue transcrito por Milhaud para piano solo. La famosa última pieza, «Brazileira», es especialmente virtuosa y alegre.
6. L’Album de Madame Bovary (1933)
Suite de piezas breves escritas para acompañar la película muda Madame Bovary. La escritura es evocadora y poética, con un toque impresionista.
7. Suite provenzal (1936) – Transcripción para piano
Basada en melodías populares provenzales, esta suite colorida y contagiosa es un homenaje a su región natal.
8. Sonatina para piano (1937)
Obra concisa y refinada, que ilustra el influjo del neoclasicismo con claridad de escritura y gran expresividad.
9. Suite francesa (1945) – Versión para piano
Escrita inicialmente para orquesta, esta suite ha sido adaptada para piano solo. Utiliza melodías populares francesas en un estilo sencillo pero eficaz.
10. Cinéma-fantaisie sur «Le Bœuf sur le toit» (1919)
Versión desarrollada del famoso ballet, que incorpora los elementos festivos y politonales de la obra original.
Estas obras abarcan una amplia gama estilística, desde la atrevida politonalidad hasta las influencias folclóricas y del jazz. Son un perfecto ejemplo del ingenio y la diversidad de Milhaud en la escritura para piano.
Obras famosas
Darius Milhaud compuso un gran número de obras en diversos géneros. He aquí una selección de sus obras más famosas, excepto las de piano solo:
1. Música orquestal
Le Bœuf sur le toit, op. 58 (1919) – Fantasía inspirada en melodías brasileñas, llena de energía y color.
Suite provençale, op. 152b (1936) – Basada en temas populares de Provenza, ligera y soleada.
La Création du monde, op. 81a (1923) – Ballet influenciado por el jazz y la música africana, escrito para pequeña orquesta.
Concierto para percusión y pequeña orquesta, op. 109 (1930) – Uno de los primeros conciertos que destaca la percusión sola.
Sinfonías n.º 1 a n.º 12 (1940-1961): serie de doce sinfonías, a menudo cortas y de estilos muy diversos.
2. Música de cámara
Scaramouche, op. 165b (1937): famosa suite para dos pianos, también transcrita para saxofón y orquesta.
Sonatina para flauta y piano, op. 76 (1922) – Obra delicada y llena de encanto.
Suite para violín, clarinete y piano, op. 157b (1936) – Pequeña pieza alegre y llena de humor.
Quinteto para piano y cuerdas, op. 81b (1922) – Obra rica en colores y armonías atrevidas.
Cuartetos de cuerda n.º 1 a n.º 18 (1912-1950) – Impresionante serie de cuartetos que muestran su evolución estilística.
3. Ballets
El buey en la azotea, op. 58 (1919) – También concebido como un ballet burlesco sobre música brasileña.
La creación del mundo, op. 81 (1923) – Inspirado en el jazz y la mitología africana.
L’Homme et son désir, op. 48 (1917-1918) – Ballet exótico influenciado por su estancia en Brasil.
4. Música vocal y óperas
Christophe Colomb, op. 102 (1928) – Ópera con libreto de Paul Claudel, que destaca el encuentro entre Europa y la Nueva Mundo.
Les Choéphores, op. 24 (1915-1916) – Tragedia musical basada en Esquilo, con coros y una potente orquestación.
Médée, op. 191 (1939) – Ópera dramática sobre el mito de Medea.
Cantata de la paz, op. 417 (1973) – Obra coral comprometida.
5. Música concertante
Concierto para violín n.º 1, op. 93 (1927) – Obra virtuosa y expresiva.
Concierto para clarinete, op. 230 (1941) – Pieza dinámica y melódica.
Concierto para marimba, vibráfono y orquesta, op. 278 (1947) – Uno de los primeros conciertos para estos instrumentos.
Estas obras dan testimonio de la inmensa diversidad de Milhaud, que va desde la folclórica provenzal hasta las influencias brasileñas y el jazz, explorando al mismo tiempo la armonía moderna y la politonalidad.
(Este artículo ha sido generado por ChatGPT. Es sólo un documento de referencia para descubrir música que aún no conoce.)
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